martes, 27 de octubre de 2015

Un señor con ocho patas

En el aula de 5º de Educación Infantil nos despedimos de nuestro primer proyecto del curso, que lleva por título "Un señor con ocho patas", ¿Os imagináis quién es?....

En los primeros días del curso tuvimos una visita muy especial, ¡Un pulpo! Nos dijo que durante este curso nos iba a acompañar y a ayudar para aprender muchas cosas más. 
Como el pulpo no tenía nombre decidimos buscarle uno, y por mayoría decidimos que se llamase Pepa.

Para que supiesemos más cosas sobre los pulpos, Pepa nos envió cartas, con mucha información. 
Además de las cartas de Pepa, los alumnos trajeron información, cuentos, objetos... con los que creamos el rincón de los pulpos.
 




Pepa también nos envió unos vídeos muy interesantes: el nacimiento de los pulpos y un experimento sobre lo que son capaces de hacer los pulpos.
¡Nos encantaron!

 
 También tuvimos tiempo de realizar un experimento para comprobar si el pulpo expulsa tinta para que no lo vean cuando tiene miedo de que lo ataquen.
Cuando en el agua no hay tinta se ve el pulpo, cuando el pulpo expulsa la tinta...¡no se ve! 
 
Hicimos la rutina de pensamiento: Veo, pienso, me pregunto con la obra de Luis Seoane "Pulpo". 
 
 Y con la ayuda de Chata y de la cocinera del cole Marilé preparamos un pulpo riquísimo, ¡Ya sabemos la receta! Y no os olvidéis de asustarlo 3 veces.

 Tocamos el pulpo y sus partes: cabeza, ojos, tentáculos, ventosas y pico.
 




Subimos a la cocina mientras Marilé preparaba el pulpo. ¡Estábamos muy atentos!
 
 Observamos el pulpo ya cocido ¡Cambió de color!
 

Y...¡nos lo comimos! 
 



Y para llevar todo lo que hemos aprendido para casa hemos elaborado un libro del pulpo.



Y para despedir a Pepa, que ya se tiene que ir para el mar hemos elaborado un cuento entre todos.

Había una vez un pulpo que quería ir al agua.


 Cuando llegó al agua, se encontró con un cangrejo, pero, se lo comió.

Aunque el pulpo tenía la barriga llena, al ver al pez, le entró más hambre, movió sus tentáculos, y se lo comió.

Después, se fue a dormir encima de las algas.

Cuando se despertó, se encontró con un tiburón; y se fue echando tinta.

Mientras se escapaba se encontró con un amigo pulpo ¡Se puso muy contento! ¡Podía ir a jugar!

 

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