Con mucho entusiasmo nos pusimos manos a la obra. Preparamos nuestros vasos transparentes, pusimos nuestro nombre, humedecimos algodón y colocamos cada uno nuestra semilla. Así podíamos ver muy bien nuestras habas.
También hicimos un registro, cada día observábamos las semillas y si había algún cambio en ellas lo apuntábamos en nuestro registro. Las colocamos en el ventanal para que recibieran la luz del sol y comprobábamos que el algodón estuviese húmedo. Si hacía falta echábamos más agua. Hubo algunas que no llegaron a germinar, nos dimos cuenta que las que tenían mucha agua se pudrían.
Pero de un día para otro llegó el coronavirus, el cole cerró y nuestras semillas que ya estaban empezando a germinar se quedaron allí. Pero tal fue nuestro interés por las plantas que seguimos observando y aprendiendo en casa.
Así que cada uno plantó una semilla y fueron registrando todos los cambios que había. Pudimos aprender qué partes tiene una planta y que necesitan luz y agua para vivir
¡Algunas ya tienen flor!
Estas son las fotos que nos envía nuestra compañera Iris, todo eso lo han plantado ella y sus hermanos. Han plantado puerros, pimientos, fresas, tomates, romanescu y lechugas. Algunas de las lechugas se las han comido los caracoles pero juntos han descubierto que a los caracoles no les gusta la cáscara de huevo. Así que se pusieron manos a la obra y rodearon su plantación con cáscaras de huevo y ¡funciona!
Ohana nos muestra cuánto han crecido sus plantas y todo lo que tiene plantado en su huerta. ¡Nos encanta!
Y poco a poco desde la distancia seguimos aprendiendo juntos
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