Proyecto: Así soy yo

En la clase de 3 años hemos acabado nuestro segundo proyecto. El título del proyecto es Así soy yo y con él pretendemos que los niños y niñas de 3 años reconozcan las partes que forman su cuerpo y el de los demás, cómo somos por fuera pero también por dentro.

Comenzamos el proyecto con la rutina de pensamiento veo - pienso - me pregunto , utilizando para ello una figura humana de madera. Éste es el resultado de la rutina:

Ante la pregunta ¿por qué tiene tornillos? les explicamos que los tornillos están donde tenemos las articulaciones. Nos fijamos en el primer tornillo, el que está debajo de la cabeza. Inmediatamente dicen la palabra cuello. Seguimos y van saliendo las demás.

Continuamos realizando un dibujo de nosotros mismos, para saber las ideas previas que tienen sobre su esquema corporal.

Éstos son algunos de esos dibujos, todavía faltan muchas partes, así que nos ponemos manos a la obra.

Primero contamos las partes que teníamos en la cabeza. Tenemos 2 ojos, 2 orejas, una nariz, una boca y también tenemos pelo.
Ahora vamos a dibujar nuestra cabeza fijándonos en que no nos falte nada de nada.

Para facilitar la interiorización de todas estas partes, hacemos también unas caras de plastilina a las que no les falta nada de nada.

A continuación coloreamos una silueta del cuerpo humano donde vienen bien identificadas todas las partes que lo componen.
Y comenzamos con nuestra poesía del cuerpo humano, donde nos explica para qué sirve cada parte. Además de poner el nombre de las partes coloreamos sus dibujos.

Teo nos muestra el resultado de como ha quedado nuestra poesía.

De repente, un día, aparece algo en nuestra clase.... ¡Es el esqueleto Mariano!.  Con el esqueleto Mariano nos damos cuenta de que por dentro estamos llenos de huesos, muchos huesos que forman un esqueleto como el de Mariano pero más bajito. Identificamos en Mariano las extremidades, algunas articulaciones, la cabeza y alguna parte de la cabeza como la boca y el agujero de los ojos. Tocamos la mano de Mariano y tocamos la nuestra también para confirmar que ahí dentro hay huesos. Y sí, la verdad es que están tan duros como los de Mariano.

Al comenzar a tocar nuestro cuerpo, nos damos cuenta que también tenemos unas zonas blanditas, por ejemplo en el brazo y en el culete.¡Son músculos! dice Quique. Así que buscamos una foto donde aparezcan los músculos y nos vamos tocando las piernas, el abdomen, los mofletes... también estamos llenos de músculos. Hacemos una lluvia de ideas de para qué servirán esos músculos: para parecer fuertes, más guapos, porque sino seríamos esqueleto, para hacer pesas, para guardar al esqueleto, para movernos más rápido...  ¡Éstos niños son fantásticos!

Aprendemos la canción: Cabeza, hombros, rodillas, pies ¡y también en inglés!. A la vez que cantamos la canción vamos tocando todas las partes que se nombran.

Aprendimos los nombres de los dedos de las manos con una pequeña poesía.

Y comenzamos a trabajar las emociones con estas rimas de las caritas. Hablamos de las cosas o de los momentos que me hacen tener una carita contenta, una carita enfadada...

Para comprobar si los contenidos habían sido interiorizados, realizamos con plastilina individualmente una figura del cuerpo humano. Diego nos muestra la suya. No le falta nada de nada.

Y por último introducimos nuestra primera destreza de pensamiento, las PARTES Y EL TODO, porque en el aula de 3 años ya estamos aprendiendo a pensar de forma eficaz.
Para introducir la destreza comenzamos con el ejemplo de una silla. Colocamos una silla en el centro de la clase y fuimos nombrando las partes que forman la silla.
Después seguimos diciendo qué pasaría si faltase cada una de esas partes, porque cada una tiene una función.
Finalmente llegamos a la conclusión de que todas las partes son importantes, sin una de esas partes ya no sería una silla, sería otra cosa.
Después de realizar la destreza, hicimos la metacognición de todo el proceso y nos ha salido fantástica.

En la última sesión realizamos la destreza pero con el cuerpo humano. En éste caso nos fijamos en qué pasaría si no tuviésemos ojos. ¿Conoceríamos a nuestros compañeros? ¿qué otras partes del cuerpo utilizaríamos para reconocerlos?
Nos vendamos los ojos y fuimos tocando a nuestros compañeros, fue un poco difícil, pero nos dimos cuenta de que podríamos utilizar el sentido del tacto y del oído para saber quién es la persona que tenemos delante.
Aprovechamos esta actividad para que fueran nombrando también las partes del cuerpo que iban tocando en sus compañeros pero esta vez sin verlas.

Lo hemos pasado en grande y hemos aprendido muchísimo sobre nuestro cuerpo.