El lunes cuando llegamos a clase... ¡¡¡siiii!!! ¡¡¡Ahí estaba la respuesta de nuestra querida Dalia!!! Nos dijo que nuestra carta le había encantado, que estaba muy orgullosa de que supiéramos ponernos todos de acuerdo para tomar decisiones, y además, que ella adora a su familia, así que le parecía una idea genial que las nuestras hubieran venido al cole.
Al final, nos puso también que esperaba que pudiéramos terminar pronto este proyecto, así que debíamos seguir investigando sobre la danza y sus características.
Para ello, nos propuso seguir trabajando nuestros diversos sentidos, así que nos invitó a "inspeccionar" una uva pasa y reflexionar acerca de lo que sentíamos con nuestros cinco sentidos, trabajando de este modo la agudez sensorial.
Para comenzar, lo que primero utilizamos fue la vista, y entre todos comentamos que tenía un aspecto un poco raro, como si la fruta estuviera estropeada. Tras esto, con el tacto, la describimos como áspera, rugosa. Luego con el olfato, decidimos que olía a algo dulce. Y ya por último, al meterla en la boca, con el gusto, algunos descubrimos que pese a su aspecto extraño nos gustaba un montón y otros que no nos gustaba nada.
En otra de las sesiones, tras haber estado practicando los números y sus representaciones, así como realizado dos de las fichas de nuestro libro, salimos al patio y jugamos al "1, 2, 3, ¡Ya!". El juego consistía en que la profe nos dijera un número secreto al oído y luego nos agrupáramos como ella iba diciendo de forma aleatoria, que corriéramos en búsqueda de un objeto, que cumpliéramos una petición (los números 1 tienen que tocar un banco rojo, los número dos, deben tumbarse en el suelo, etc.).
Luego hicimos otros juego en el que teníamos que hacer ejercicios para imitar animales, después actividades que nos obligaban a adecuar nuestros movimientos a estar enganchados a una pareja o incluso a dos personas, etc. La verdad es que hicimos un montón de juegos y nos reímos un montón, sobre todo al comprobar que coordinarse con los compañeros no es tan sencillo como parece de inicio.
En otra de las sesiones nos memorizamos entre todos un poema súper bonito llamado <<El vuelo de la danzarina>> para darle caña a nuestras cabecitas. Y aprovechando que hacía un tiempo estupendo, salimos al patio a recitarla al aire libre, y además, aprovechamos para tener unos minutos de relajación, concentración y calma, en el suelo de nuestro maravilloso patio llevando a cabo una sesión de yoga.
La siguiente sesión consistía en llevar a cabo otro juego, llamado "El coreógrafo, la coreógrafa". Este, consistía en hacer todos juntos en gran grupo un círculo en el interior de la clase. Uno de los alumnos/as salía fuera, mientras el resto se ponían de acuerdo para decir cuál sería el coreógrafo/coreógrafa que inventase un baile con 2 o 3 pasos al menos (moviendo los brazos, dando palmas, saltos, dar una vuelta...) que todos copiarían al verlos. Fue súper divertido, porque no era tan sencillo como parecía cuando la profe nos lo explicó al principio, y nos implicamos un montón en hacerlo todos súper bien para que el que adivinaba no descubriese quién era el que "dirigía" la compañía.
Tras esto, realizamos una de las fichas que Dalia nos tenía preparadas en nuestro libro del proyecto, en la que tuvimos que recortar unas entradas para nuestro espectáculo final, rellenar la información y llevarlas para casa para invitar a todos aquellos que queremos que vean el resultado de nuestro esfuerzo a lo largo de este proyecto, aprendiendo mucho sobre la danza y el movimiento corporal.
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